“Nos encontramos ante una situación excepcional.
Cada día se genera información de gran importancia,
y toda la ciudadanía debería poder acceder a ella y entenderla”.

Así comienza el manifiesto por una información accesible que a propuesta de la Asociación Lectura Fácil y Dincat ha ido recabando mas y más adhesiones a lo largo de las últimas semanas. (En el momento de escribir este artículo, más de 200)

El manifiesto termina así:

“Debemos recordar que el acceso a la información es un derecho
que tenemos todas las personas
y que las administraciones están obligadas a comunicar de manera clara
para que toda la ciudadanía lo pueda entender”.

Estamos hablando por tanto de dos ideas fundamentales:

  • que en situaciones de emergencia social, para cualquier persona, estar bien informado de todo lo que sucede y cómo afrontarlo es esencial
  • y que la información pública debe ser, más aún en estos casos, lo más accesible posible: clara, sencilla, comprensible y al alcance de todas las personas.

Mucha información, rápida y efectiva

Desde el inicio de la pandemia, se genera día a día una gran cantidad de información que afecta directamente a la vida de las personas: recomendaciones, normativas, Información sanitaria, económica, laboral…con el añadido de que son situaciones nuevas que necesitan ser dadas a conocer de una forma muy rápida y efectiva. Para que sea efectiva tiene que ser clara, directa y fácil de entender para toda la ciudadanía, porque  de una forma u otra afecta a todas las personas sin condición.

Ante esta situación actual, todos somos vulnerables en este sentido. Necesitamos la información para poder actuar en consecuencia y necesitamos facilidades para acceder a ella y entenderla sin sobreesfuerzos innecesarios, sin generar confusión ni frustración.

Coronavirus y documentos en Lectura Fácil

Hemos visto estos días cómo aparecían muchos documentos e información en Lectura Fácil que han servido a todo el mundo para poder manejarse ante la situación de crisis: desde ¿Qué es un ERTE o un PCR?, hasta las recomendaciones sanitarias y de higiene, pasando por las fases de la desescalada…

Tengamos presente además que en el caso de personas con dificultades lectoras o de comprensión, algunas de ellas, pertenecen a colectivos de mayor riesgo en estos momentos: personas mayores, con discapacidad intelectual o sensorial, inmigrantes que desconocen el idioma de acogida, personas con problemas de salud mental, enfermedades degenerativas o daño cerebral adquirido, o trastornos de aprendizaje.

El papel de las instituciones: la transparencia

Y no podemos dejar de enlazar esta idea con la de la Transparencia. De ello habla en un interesante artículo, Esperanza Zambrano, subdirectora general de Reclamaciones del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, titulado “Crisis sanitaria, no de transparencia”. Se hace más evidente que la transparencia desde un gobierno o una administración no sólo es proporcionar mucha información, datos, contrarrestar bulos, sino que se debe hacer con mensajes claros, estructurados, con lenguaje cercano. Eso genera tranquilidad y seguridad en la ciudadanía y confianza con respecto a sus instituciones.

Por eso, hoy más que nunca debemos exigir a las administraciones que ofrezcan ese tipo de información en formatos accesibles, lo accesible puede ser indispensable para un porcentaje bajo de la población, recomendable para la mayoría, pero beneficioso para el 100%. Aplaudimos que algunas administraciones ya lo estén haciendo, pero debería ser algo generalizado y asumido por todas.

La gran mayoría de ejemplos de “traducir” o “adaptar” a Lenguaje Claro o a Lectura Fácil ha venido de la mano de la sociedad civil. Es importante aprovechar este momento en que se hace por necesidad para darle un impulso a esto y que se quede instalado en el deber de las instituciones para siempre.

En las próximas semanas y meses va a ser necesario crear, publicar y difundir mucha información en muchos sitios distintos con nuevas normas de funcionamiento para ofrecer servicios o comportarnos como personas usuarias. Un ejemplo: uno de los puntos fundamentales de pautas de actuación ante la reapertura de las bibliotecas públicas en Euskadi es el de Comunicación: las bibliotecas son espacios seguros. Conllevaría que los materiales explicativos e informativos (folletos, cartelería, señalética, etc…) se elaboren siempre con criterios de lectura fácil.

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