La madre tiene nombre pero puede ser representativa de muchas otras madres. Esta en concreto tiene una niña con dislexia. En diciembre de 2012 escuchaba por primera vez hablar sobre la lectura fácil en una jornada organizada por Dislebi (Asociación de Dislexia de Euskadi). Sorprendida e interesada en esta herramienta que podía ser útil para su hija volvió a Agurain, su localidad.

Agurain es un municipio alavés, de 5.000 habitantes, a 27 kilómetros de Vitoria-Gasteiz. La biblioteca, desde hace casi tres años, se encuentra en un espacio nuevo: un edificio amplio, moderno y funcional que da servicio a más de 1.700 usuarios. La bibliotecaria (la única) es una joven bibliotecaria. También tiene nombre pero también representa a un tipo de profesional que ejerce esta labor en muchos otros espacios similares, que apuestan de manera entusiasta y proactiva por acercar la lectura y la cultura a todas las personas.

La madre acude a esta biblioteca a menudo con su hija. Un día, le pregunta a la bibliotecaria si conoce la lectura fácil y si tienen libros en ese formato. Su respuesta es negativa. Pero al mismo tiempo, positiva. Porque la bibliotecaria es curiosa, inquieta y dispuesta. Se pondrá a ello de inmediato: a informarse, a formarse, a buscar…

La bibliotecaria sigue la pista y con interés de las diferentes iniciativas que sobre la lectura fácil se están llevando a cabo en Euskadi, desde hace no mucho tiempo. En noviembre de 2013 ALDEE (Asociación vasca de Profesionales de Bibliotecas, Archivos y Centros de Documentación) organiza un curso en Vitoria al respecto. Sale con ilusión y con ganas de empezar a desarrollar un proyecto que de cabida a la LF en su biblioteca. Y quiere hacerlo con la mayor implicación posible del Ayuntamiento.

Proyecto social de interés municipal

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Uno de los primeros pasos parece ser tener materiales a disposición de las personas usuarias. Y buscando todas las posibilidades aparece la empresa. Traeco es la empresa encargada de la gestión de residuos en Agurain. Tiene como una de sus señas de identidad el apoyar económicamente proyectos sociales de interés para el municipio. Cuando la bibliotecaria les habla del suyo, la empresa lo ve con buenos ojos. De esta manera, consigue los recursos necesarios para poder adquirir el fondo completo de libros en lectura fácil. Desde hace unos meses, la biblioteca tiene un espacio visible en la entrada dedicada a estos materiales y a informar sobre ellos.

Pero el círculo no se cierra ahí. Porque los usuarios habituales se acercan alguna vez a consultarlos, lo pueden mirar con cierta curiosidad, pero en su mayoría, no son público potencial de la lectura fácil porque no suelen tener dificultades lectoras. El público potencial está fuera de la biblioteca y hay que localizarlo.

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El 28 de marzo se celebraba una jornada informativa, organizada desde el Ayuntamiento, en el propio consistorio, que contó con la presencia de más de 30 personas, pertenecientes al municipio y aledaños, del ámbito educativo, social (mayores, inmigración, discapacidad…) bibliotecario y a título individual. La madre de la niña con dislexia, también. Incluso, el apoyo municipal de la Concejala y Técnico de Cultura no fue solo verbal, sino presencial.

De allí salieron muchas ganas de impulsar actividades, difundir la lectura fácil y seguir creando sinergias de colaboración entre todos estos ámbitos para hacer realidad un derecho: el de todas las personas al acceso a la lectura, la cultura y la información y a proporcionar a muchas de ellas el placer de leer.

Los días siguientes a la jornada, nos cuentan desde la biblioteca, “han venido por aquí: la monitora del Gazteleku a coger algunos libros para trabajar con el grupo especial, una profesora de Lautada con una alumna que no domina el idioma, un par de madres que se han enterado por el boca a boca… sea estamos contentos porque la repercusión es mucho mayor de la calculada en un principio”. También tienen previsto poder llevar al municipio nuestra exposición »

Leer, un placer y un derecho».