Una de las razones del enorme éxito de muchos de los Clubs de Lectura Fácil que se están poniendo en marcha en Euskadi es la labor de las personas que los dinamizan. La figura del conductor o conductora de la planificación y desarrollo de las sesiones es clave para que la actividad funcione, motive y perdure en el tiempo.

Elena Zárate trabaja en el Garagune de Arrasate de la Fundación Goyeneche. Su primer contacto con la Lectura Fácil fue a través de un par de compañeros de la Fundación, que tras una formación realizada con Lectura Fácil Euskadi hizo que se adaptaran varios documentos del servicio «para que las personas con discapacidad intelectual y las familias que vienen a conocer el servicio del Garagune pudieran comprender mejor la información». Después, surgió la oportunidad de realizar ella misma una formación que ofrecieron desde Kulturate, desde la Biblioteca Municipal de Arrasate. «Me apunté sin pensarlo dos veces ya que nos abría una nueva posibilidad a la lectura y la información. Fue maravilloso descubrir en primera persona la existencia de un recurso que permite acercar la lectura a personas que hasta ahora no podían hacerlo».

¿Cuál era hasta el momento tu relación con la lectura o la dinamización de grupos?

Siempre me ha gustado la lectura sobre todo libros históricos como “La herbolera” o casi todos los libros de Toti Martinez de Lezea. Hasta ahora, no había tenido ningún contacto con la dinamización de grupos de lectura. Sí que en el Garagune tenemos diferentes actividades como charlas, coloquios,…donde utilizamos todos los recursos posibles para asegurar que se entiende la información y pueden tomar parte en las elecciones y decisiones que les afecta. Muchos de los textos o información que se trabaja en el Garagune la adaptamos nosotros con palabras y frases sencillas, incorporamos pictogramas o imágenes que ayudan a entender mejor.

Por lo que descubrir, además que existe una rama llamada “Lenguaje Llano “ que intenta adaptar información administrativa a un formato más sencillo que todos podamos entender, creo que es algo de lo que todos nos podemos beneficiar; no sólo las personas con dificultades lectoras.

¿Qué características tiene el club que actualmente estás llevando?

Por ahora hemos puesto en marcha en Kulturate el primer club de Lectura Fácil que hay en nuestra localidad. Está compuesto por 10 personas de Aspace, Kulturate y Fundacion Goyeneche. Nos reunimos una vez por semana y hemos estado leyendo  “La música del viento”. Participamos personas con diferentes niveles de comprensión, incluso hay varias personas que no saben o no pueden leer. Ha sido muy bonito y enriquecedor que Mertxe la responsable de la biblioteca participe también en las sesiones.

¿Cómo valoras la experiencia de estar dinamizando un club LF como actividad y en la biblioteca en particular?

La verdad es que empezamos con un poco de miedo o inseguridad de si sabríamos hacerlo; pero la verdad es que la ayuda de Blanca (Lectura Fácil Euskadi) en la elección de libro y en la información aportada ha sido muy valiosa; también su ánimo y energía positiva. Poco a poco y mirando hacia atrás creo que ha sido fácil porque es algo que hacemos entre todos. Creo quehacerlo en la Biblioteca es el lugar idóneo ya que es donde están los libros y además es una manera de hacerlo visible para otras personas puedan conocernos y acercarse.

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¿Qué creéis que les aporta a las personas usuarias de vuestras entidades esta actividad?

Primero, creo que es una oportunidad para respetar su derecho de acceso a la Información. También les brinda la oportunidad de desarrollar su pasión por la lectura, acercarles a otras realidades y culturas, y les sirve para fomentar relaciones y por supuesto mejorar su comprensión lectora y recuperar el gusto por la lectura. Gracias al formato LF en sí, pero también a los recursos externos que utilizamos como objetos, videos, películas, fotos,…cualquier cosa que ayude a entender mejor el libro. Y que los unen a experiencias personales.

¿Qué crees que les ha sorprendido más a los participantes?. ¿Y a tí, personalmente?

Que entienden y recuerdan lo que leen. Que puedan participar aunque no sepan leer. Que cada persona tiene su libro y se lea en alto. Que sirve de cuerda para que cada una hable de sus experiencias y nos ayuda a conocernos más Y a mi, casi lo mismo; pero sobre todo la motivación y las ganas con las que llegan todos los jueves y que todos quieran ser los primeros en leer la ayuda que se dan y que da la oportunidad de juntarnos en otros momentos y lugares para tomar café o ver una peli.También escucharles: ”¿Y ahora que se acaba que vamos a hacer?”

¿Piensas seguir trabajando a futuro en esta línea?

Seguro que sí, la idea es hacer una valoración de la experiencia y plantear como queremos seguir en el futuro. Creo que todavía podemos hacer muchas cosas más en torno a la lectura Fácil y una vez que lo conoces es difícil dejarlo. Ayudar en todo lo que pueda para extender la lectura fácil a más bibliotecas, municipios, personas…..

Esperamos que así séa. Elena asegura también que «sería bonito que los ayuntamientos y administraciones conocerían su valor e hicieran el esfuerzo de escribir de tal manera para que todas las personas podamos entender lo que leemos». También le gustaría ver que los autores se animan a escribir más en euskera.

 

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Pilar Corcuera nos cuenta que su primer contacto con la Lectura Fácil fue «un curso formativo, a través de Sirimiri Servicios Socioculturales, que realicé hace poco más de un año. Soy monitora de cursos relacionados con la literatura; bien a través de la lectura o de la escritura y me gustaron mucho los libros de Lectura Fácil por su accesibilidad a personas con dificultades lectoras o poco habituadas a leer».

¿Cuál era hasta el momento tu relación con la lectura?

Mi relación con la lectura siempre ha tenido dos perspectivas; una a nivel personal; silenciosa y en comunión con el libro y otra con los grupos con los que trabajo, que siempre se realiza en voz alta y compartiendo los textos. Generalmente a las personas que vienen a estos cursos, les gusta leer y aunque la mayoría no suelen tener muchas dificultades, hay personas que sí y eso conlleva marginación y escasa participación.

¿Y cuándo empiezas a trabajar con LF?

Hasta ahora, he dinamizado dos grupos en los CSCM (Centros Socioculturales de Mayores del Ayuntamiento de Vitoria) con Lectura Fácil. Uno en el Centro de Abetxuko y otro en el de Coronación y las características de los dos han sido muy diferentes. En Abetxuko, para la gran mayoría, fue un descubrimiento comprender de forma tan sencilla lo que se leía y la lectura se convirtió en un beneficio personal que estimuló la comunicación en todos los aspectos. Comprender todo lo que leían fue muy gratificante y enriquecedor.

En el centro de Coronación, el grupo estaba más acostumbrado a la lectura y las vivencias fueron distintas. Cuando teníamos el libro entre las manos; el tiempo se paraba, no había prisas, las palabras se paladeaban y la narración creó un vínculo afectivo y emocional entre todos y todas.

¿Cuáles son los beneficios que crees les aportan?

Muchos. Sobre todo, en lo referente a fomentar la lectura, en el desarrollo del pensamiento, la comprensión de las palabras, ampliación de vocabulario y sobre todo el   aprendizaje en la escucha hacia los demás.

¿Y a ti, qué te ha sorprendido más?

Lo que más sorprendió a los dos grupos de los CSCM, fue sentir que los acontecimientos y acciones narradas se convertían en un nexo común, en una misma aventura con las mismas preocupaciones, en la que todos y todas éramos partícipes por igual. Formábamos parte de la historia y eso nos hacía sentir a los personajes mucho más cercanos.

Fue muy importante trabajar con el factor sorpresa, como el día que nos vestimos las mujeres con el sari, mientras leíamos la historia de Iqbal Masih. Las vías de comunicación con la lectura se abrieron de tal forma, que nos sentimos habitantes de Madurai (India) y vivimos la historia en primera persona, de una forma viva y tan real, que llegamos a formar parte del mundo social de “La música del viento”

¿Con ganas de seguir trabajando en esta línea?

Mi intención es seguir trabajando los libros de Lectura Fácil en esta línea. Utilizar elementos externos, que tengan relación con la temática del libro;   como música, ropajes, fotografías, poemas, canciones, etc. me parecen imprescindibles para profundizar en el interior de los libros, alcanzar mejor comprensión lectora y obtener mayor desarrollo emocional, social, personal y afectivo entre las personas.

 

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En Apdema, por ejemplo, reconocen que el equipo de dinamizadoras «no sólo han transmitido a nuestras chicas y chicos su pasión por la lectura, sino que han creado el clima adecuado para que éstos disfruten y refuercen sus habilidades sociales». Hasta ahora, a través de su blog los participantes nos han contado en primera persona cómo viven esta enriquecedora experiencia.

Pero hoy hemos querido acercarnos a una de las dinamizadoras. Ella es Elena Piris, responsable de los 3 Clubs de Apdema que se han celebrado en el Centro Cívico El Pilar de Vitoria-Gasteiz, en los que se han trabajado los libros “La calle 25”, “Trampa de fuego” y “Ana Frank: su vida”. Elena participó con alguno de usuarios de la asociación y miembros de sus clubs en el I Encuentro de Clubs LF de Euskadi que se celebró en Azkuna Zentroa el pasado mes de mayo. Os dejamos con sus reflexiones personales.

«La lectura siempre ha sido un placer, casi un vicio, para mí. Es algo que me viene de familia y tengo grandes recuerdos de tardes en librerías con mi madre, mi abuela y mi tía revoloteando por las estanterías hasta dar con el próximo tesoro. Además reconozco que es un placer que daba por sentado para todo el mundo: Todo aquel que le guste leer pues leerá.

Por eso, para mí, la parte más impactante al adentrarme en el mundo de la lectura fácil fue darme cuenta de que esa no era la realidad, no al menos para ese 30% de la población con dificultades de lectura o de comprensión lectora. Así que cuando se me planteó la posibilidad de formarme en este tema y quizás en un futuro dinamizar un club no me lo pensé, de cabeza al asunto.

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Hoy en día tengo la suerte de dinamizar el club de lectura fácil de Apdema, que ya va por su quinta edición. Cada jueves comparto con 12 personas una hora de aventuras, secretos, protestas, injusticias, amores… pero sobre todo compartimos placer. Durante esa hora podemos evadirnos del mundo y viajar con nuestros protagonistas a otros países y épocas, protagonistas de los que hablamos como si fueran nuestros vecinos.

Aunque sin duda para mí la parte más gratificante es el momento en el que comienza la lectura y durante unos minutos puedo observarles mientras leen, se adentran en la historia y sin darse cuenta sonríen, fruncen el ceño, o se sorprenden a medida que transcurre la historia.

Es por esos momentos por los que debemos seguir luchando para que la lectura fácil sea una constante en sus vidas, bien sea en momentos de ocio, como en el club, o adaptando materiales y documentación que son necesarios para nuestro día a día».

(Estas reflexiones las hemos tomado, con permiso de Elena, del blog de Apdema)