Raúl Landa da clase en Escolapios de Vitoria-Gasteiz. Desde 2022 es maestro PT en un Aula de Aprendizaje de Tareas en el colegio Calasanz ikastetxea. En esta entrevista nos cuenta cómo ha sido su propio recorrido personal en este campo y cómo lo vive su alumnado desde que desarrollan clubs de lectura fácil en el centro.

Antes de trabajar en Educación, fui voluntario y trabajador en APDEMA, entidad que trabaja con personas con discapacidad Intelectual, de manera que viví los inicios de la Lectura Fácil en Euskadi. Desde aquel primer momento, el mundo asociativo, vio las posibilidades y fue poco a poco impulsándolo y creando los primeros clubs LF. Pero hasta hace 3 años, no había realizado ningún curso para profundizar más en el tema.

Desde el principio vi que la Lectura Fácil era una herramienta muy interesante para disfrutar de la lectura. En el centro, uno de nuestros objetivos es intentar hacer de la lectura un hábito de vida, y por ello, el placer al hacerlo es muy importante.

La LF ya estaba implementada cuando yo llegué al Aula. La profesora que estaba, ya había empezado con una metodología enfocada, no solo en comprender los textos, sino también disfrutar de la lectura, lo cual ha sido fundamental para despertar el interés del alumnado. En la actualidad, empleamos la técnica de lectura dialógica, que fomenta la interacción y el diálogo sobre lo leído, lo que permite una comprensión más profunda y enriquecedora.

Además, buscamos vincular la lectura a la vida cotidiana del alumnado, relacionando los temas de los textos con su entorno y sus experiencias; que también se eduque en valores a través de los textos seleccionados. Un ejemplo claro de esto podría ser la lectura de “Tierra sin hombres”, que permite abordar temas como las relaciones familiares, la superstición, el poder del rumor, el papel de la mujer hace un siglo, …, promoviendo así la reflexión y el compromiso de los lectores.

Somos un grupo orientado al disfrute de la lectura, y para ello, dividimos a la clase de 10 alumnos en dos grupos. Al principio de cada curso, les damos la oportunidad de elegir los libros que desean leer; creemos fundamental que ellos mismos elijan las lecturas para que realmente disfruten del conjunto del proceso.

Dedicamos una hora a la semana a la lectura y comentario del libro elegido. Esto nos permite educar en valores; ampliamos conocimientos culturales con “La vuelta al mundo en 80 días”, viajamos en el tiempo con “Tierra sin hombres” o “El intruso”, o disfrutamos de grandes clásicos de la literatura como “Viaje al centro de la tierra”, “La gitanilla”,…

Lo cierto que alguna vez se me ha pasado por la cabeza colaborar con la biblioteca pública del barrio o el Centro sociocultural de mayores. Nos planteamos desarrollar un programa de Aprendizaje y Servicio, en el que nuestro alumnado pueda colaborar con estos centros. A través de esta iniciativa, buscamos fomentar la lectura fácil como una herramienta inclusiva, promoviendo el acceso a la información y la cultura para todos y todas, y promover la relación entre personas diferentes. El juntar personas de varias generaciones, puede enriquecer mucho el diálogo que se origina con la lectura del libro.

Me parece fundamental que la Lectura Fácil no solo sea un medio para adquirir conocimiento, sino también una forma de disfrutar de la lectura y encontrar placer en ella. Nuestro objetivo es impulsar este hábito y lograr que el alumnado lo integre en su vida cotidiana, favoreciendo su autonomía y confianza como lectores.

Además, veo con optimismo que, a nivel institucional, cada vez se están dando más pasos en la difusión de la Lectura Fácil, y hay un número creciente de documentos adaptados. Este es un avance muy positivo, ya que la Lectura Fácil se convierte en una herramienta democratizadora e inclusiva, permitiendo que más personas accedan a la información y la cultura en igualdad de condiciones.